Más que un análisis exhaustivo y
técnico del qué, el cómo y el cuándo, he querido exponer unas reflexiones para
avanzar cómo la formación y el sistema de evaluación de los preconductores nos
acerca a la visión cero, que debería
ser la meta de toda acción que tenga que ver con la seguridad vial.
La intervención se
centra en cuatro puntos.
El primero es generar contexto analizando el marco
legal de la UE.
El segundo punto, como mera referencia, presenta los permisos
de conducción que tenemos en la actualidad en España.
El tercero compara el modelo de
examen de Alemania, Francia y España, centrándonos en el permiso B.
Por último,
una reflexión sobre hacia dónde debería orientarse la formación y evaluación de
los preconductores.
En mi intervención he querido resaltar las diferentes cuestiones con respecto a la formación de
los conductores y que en años venideros deberemos ir abordando:
Para
conseguir la visión 0 debemos tener
en cuenta la formación del conductor. Pasar de un conductor habilitado por una
autorización administrativa al conductor concienciado. Y concienciado en el
sentido más amplio, no sólo de los accidentes de tráfico, sus riesgos y
consecuencias, sino que también ha de ser un conductor que piensa y tiene
conciencia del concepto de movilidad segura y sostenible.
Para ello
deberemos de acabar de armonizar programas, esfuerzos y sistemas, entre ellos
el de examen.