miércoles, julio 14, 2010

La comunicación.

¿Por qué hablar de comunicación?

Personalmente es una cuestión que me ocupa y en algunos casos me preocupa. Mis hijos son uno de los objetivos de mejorar mi comunicación, ni que decir tiene que aspectos generacionales influyen en la comunicación pero hay otros aspectos que quizás sean más influyentes como las creencias o los prejuicios e incluso la credibilidad que le das al mensaje.

En fin, que complicado es hacerse entender y comprender lo que te dicen,  y que complejo es que te entiendan el mensaje que lanzas. Personalmente otra dificultad añadida es si tu interlocutor o interlocutores saben escuchar, ya que en la actualidad tampoco dedicamos mucho tiempo a la escucha y menos a la escucha activa, es por ello que creo que después de todo veo normal que cueste tanto entenderse.

Pero eso suena a resignación y creo que resignarse en un tema tan importante es como admitir la incapacidad de superar los problemas de comunicación que nuestra sociedad sufre.

Hay muchas forma de comunicarse, creo que tantas como sentidos tenemos y cada una de ellas por si sola es pieza clave en el proceso.
Pensemos en la mirada, cuantas veces hemos mirado a los ojos, cada vez nos miramos menos, y hemos descubierto sesanciones como amor, alegría, tristeza e incluso envidia, maldad, etc., como mi madre suele decir los ojos son el espejo del alma.
Yo por mi condición de buen comensal, aprecio el arte culinario, que os puedo decir del gusto, cuanto se ha escrito tras comer determinados manjares que nos transportan a otras realidades, pero yo quiero hacer ese placer extensivo a quién te ha preparado ese plato, ¿no es una forma de decir lo que me importas cocinando para otra persona?, bien es cierto que algunos pueden pensar que también es una forma de decir lo poco que me importas en función del plato que se prepare y como te salga. Pero dejando aparte las bromas, el gusto es también un sentido por el cual es posible comunicarse.

¿Qué opináis del oído?, escuchar música, el ruido de un río, de unos pajaros en primavera jugando en los arboles, del viento, de la olas al romper en la costa, en fin otra forma de sentir y recibir información que también despertará nuestros sentidos, si no se lo preguntamos al perro de Paulov.

Y por último el don de la palabra, ese don que somos capaces de triturar cuando nuestras palabras no son capaces de superar el silencio, que fácil es hablar para no decir nada, pero a la vez que potente es decir las cosas, la palabra como diría una buena amiga mía domina el mundo, sino, pensar en las declaraciones como las de guerra o las de amor.

Por todo ello quiero acabar mi reflexión diciendo que comunicarse al final es una cuestión de voluntad, si no nos comunicacmos es porque no queremos ya que tenemos a nuestro alcance formas maravillosas para hacerlo y si dejamos de comunicarnos dejaremos de ser un poco personas.